
Sonreír. Llorar. Que diferente. Llorar, siemplemente, alivia nuestro corazón. Nuestros sentimientos de tristeza, angustia, dolor, amor no correspondido...Je, tan diferente de la alegría. La que anima nuestro ser. La que ayuda a levantarse cada vez que caemos, cada vez que sufrimos. Nos perdemos y lloramos, nos encontramos y reimos. Somos felices, se siente tan bien. Ese calor que irradia la felicidad, ese sentimiento que nos hace volar... Que hace olvidar lo malo y alegrar el presente.
Una vez más, un intento más.
No controlamos lo que sentimos, sentimos lo que nuestro corazón desea...Deseamos, lo que nuestros sentimientos quieren.
Sueños que nos atrapan poco a poco. Sueño irrealizables pero tan bellos que siempre nos sacan una sonrisa. Sueños que convierten neustra vida en una montaña rusa, que nos alegra la vida. Por mucho que querramos cumplirlos...algunos, no se cumplirán. Otros, sí.
Nostros, siempre seremos nosotros.
No pienso cambiar. Pienso ser yo. Por siempre.
No más tristeza. Quién sabe. Alegría. Je, la encontraré a lo largo de mi vida, la sentiré en mi corazón al igual que siento la tristeza, la sentiré tan fuerte....Al igual que siento lo tanto que te amé.
Lo mucho que perdí amandote, y lo mucho que recordaré.
Ahora no vale, ahora, hay que sonreir. Parar. Volar, abrir nuestras alas y sentir la música del viento. Sentir...la alegría.
Sentirse bien. ¡Sentirse diferente de la tristeza!
A veces, lo mejor es una sonrisa en vez de una lágrima =)